¿Cómo afrontar la permacrisis global en 2023?


El año 2022 ha sido uno de los más difíciles de la historia reciente, marcado por la pandemia de covid-19, la guerra de Ucrania, la crisis energética, la inflación y el deterioro de la gobernabilidad internacional. Estos fenómenos han generado una situación de permacrisis global, es decir, una crisis permanente y multidimensional que afecta a todos los ámbitos de la vida humana.
¿Qué podemos esperar para el 2023? ¿Habrá una salida a esta permacrisis o se agravará aún más? ¿Qué podemos hacer como ciudadanos, empresas y gobiernos para afrontar los desafíos que se avecinan? En este artículo intentaremos responder a estas preguntas y ofrecer algunas claves para adaptarnos a este nuevo escenario.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la permacrisis no es una anomalía temporal, sino una nueva normalidad. No podemos esperar que las cosas vuelvan a ser como antes, sino que tenemos que asumir que estamos ante un cambio estructural que requiere una transformación profunda de nuestros modelos económicos, sociales y políticos.

En segundo lugar, hay que reconocer que la permacrisis es compleja y diversa. No se trata de un problema único y homogéneo, sino de una combinación de múltiples factores interrelacionados que varían según el contexto geográfico, cultural y sectorial. Por tanto, no hay soluciones universales ni recetas mágicas, sino que hay que buscar respuestas adaptadas a cada realidad.

En tercer lugar, hay que actuar con urgencia y responsabilidad. La permacrisis no espera ni perdona. Si no tomamos medidas rápidas y efectivas para mitigar sus efectos negativos y aprovechar sus oportunidades positivas, corremos el riesgo de sufrir consecuencias irreversibles para el planeta y la humanidad. Por eso, es necesario un compromiso colectivo y solidario de todos los actores implicados: individuos, empresas, organizaciones sociales y gobiernos.

¿Qué tipo de medidas podemos tomar? A continuación proponemos algunas ideas orientativas para cada ámbito de acción:

- Como individuos, podemos adoptar hábitos de consumo más sostenibles y responsables, reduciendo nuestro impacto ambiental y social. También podemos formarnos y capacitarnos para adquirir las competencias necesarias para afrontar los cambios laborales y tecnológicos. Asimismo, podemos participar activamente en la vida pública y apoyar las iniciativas ciudadanas que promuevan la democracia, los derechos humanos y la cooperación internacional.

- Como empresas, podemos innovar y diversificar nuestros productos y servicios para adaptarnos a las nuevas demandas y necesidades de los clientes. También podemos mejorar nuestra eficiencia energética y nuestra gestión de los recursos naturales para minimizar nuestra huella ecológica. Además, podemos fomentar una cultura organizativa basada en la ética, la transparencia y la inclusión social.

- Como organizaciones sociales, podemos movilizar y sensibilizar a la sociedad civil sobre los retos y las soluciones de la permacrisis. También podemos generar conocimiento e incidencia política para influir en las agendas y las decisiones de los gobiernos. Igualmente, podemos tejer redes y alianzas con otros actores sociales para potenciar el impacto colectivo de nuestras acciones.

- Como gobiernos, podemos diseñar e implementar políticas públicas que garanticen el bienestar social y económico de la población. También podemos impulsar la transición ecológica y digital para hacer frente al cambio climático y a la revolución tecnológica. 


Así mismo, podemos fortalecer la cooperación multilateral y el diálogo intercultural para resolver los conflictos y los desafíos globales.

Estas son solo algunas sugerencias para afrontar la permacrisis global en 2023. Sin duda, hay muchas más posibilidades y propuestas que se pueden explorar y debatir. Lo importante es no quedarnos paralizados ni resignados ante la adversidad, sino actuar con determinación y esperanza para construir un mundo mejor para todos.

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